Un poco de la historia detrás de Latadiary y su creador.
Latadiary, el original, podemos decir que nació un 30 de marzo del año 1992. Fue el resultado de una sesión con un estudiante de sicología quien hacía prácticas profesionales en el instituto donde estudiaba en esos días: Él me recomendó ante mis delirios y trabes típicos de la adolescencia, que cogiera un lápiz y un cuaderno y escribiera sin tapujos lo que a mi vida le acontecía - bueno o malo - para que luego de algunos años me sirviera de referencia para educar a mis hijos, o simplemente me riera de las cosas que uno hace de cipote.
Básicamente, al inicio de la historia, mis relatos no eran más que garabatos sin sentido escritos en cuadernos de espiral, pero poco a poco, mi narrativa fue creciendo en calidad y fue cuando decidí compartirla con mis amigos cercanos, como decía Adriana, una de mis más asiduas lectoras por varios años, esa lectura con tu toque especial, que la hace amena y dan ganas de seguir leyendo. Desde 1992 hasta principios de 1997, cerré 14 ediciones del diario, las cuales con el pasar del tiempo, fueron llenados con los relatos de siempre, pero sazonados con fotografías, poemas de mi autoría, letras de canciones, y otros detalles como el uso de colores para diferenciar los distintos humores que mis letras llevaban; así cuando escribía en negro era por que trataba algo con seriedad, café para los días apagados y el clásico verde cuando escribía algo con crítica. Las ediciones 15, 16 y 17 fueron las de menor calidad y cantidad de letras, eso debido a que las mismas responsabilidades de la vida fueron atenuando el tiempo disponible para escribir y dedicar tiempo, llevando casi al olvido a los cuadernos y los lapiceros.
A mediados de 1999, Descubrí a opendiary.com, un portal muy popular donde la gente puede llevar un diary online, básicamente el precursor del blog a mi juicio. Debido al constante uso de la computadora por mi profesión, me pareció una idea atinada para revivir al viejo Latadiary. Mantuve un ritmo de trabajo de casi un año y fue en este período en el que empecé a soñar con llevar mis letras a la cíber autopista de la información.
En noviembre de 2000, luego de varios meses de explorar, estudiar y refinar detalles, decidí cerrar mi diario en Opendiary y emprender una odisea bajo la sombra de geocities.com, lugar donde alojé mis letras por un período de dos años y medio. Luego volví a mudarme hacia otro sitio, ya que geocities fue comprado por Yahoo! y esto probocó cambios en las políticas que no fueron de mi agrado. Buscando y buscando, hallé a freeservers.com y bajo el dominio latadiary.8k.com, realicé mi último intento por mantener vivo el concepto original del diario. En este punto tenía ya mucha experiencia en HTML, por lo que la última versión de lo que llamé desde entonces Latadiary* News Online puede verse más como una revista que como un diario, este tenía varias secciones como fotografía, poesía, editoriales de mi autoría y claro, los relatos que escribía como en los viejos días. Aún está activo este dominio, pueden darse una vuelta y conocer un poco de lo que queda del viejo Latadiary. También conservo la mayoría de mis diarios originales como fiel testigo de mi narrativa.
El trabajo y los años ayudaron a mermar mis intenciones de seguir manteniendo a Latadiary, pero la misma gana de escribir me hizo reinventar el concepto y fue que en 2005 empecé una nueva campaña, la cual Bauticé El Rincón del Capitán Can, un espacio del MSN donde conocí el concepto del blog, el cual vine rellenando de relatos, imágenes y demás por algún tiempo hasta que las vueltas de la vida, me dieron la inspiración para abrir un blog en la casa de Blogger, basado en las aventuras de un conductor que narra las experiencias tras el volante. Nació así a finales de 2007 La Bitácora del Chuchomóvil, homenaje a mi carrito y a las experiencias vividas tras el volante, un proyecto activo que me tiene muy satisfecho pues con lo accesible que es la web en estos días, recibo muchas visitas y hasta tengo comentarios de algunos visitantes que han disfrtutado mis letras y mis demás locuras. Paralelamente llevo como hermanito menor una versión más abierta del Rincón del Capitán Can, que espero poco a poco vaya tomando forma y concepto.
Acerca de mí, puedo decir que soy un técnico en informática que laboro para una empresa tansnacional, me encanta leer cualquier cosa que se me ponga enfrente, disfruto mucho del paisaje, de la fotografía y soy amante de la música de casi cualquier géreno. Soy fanático a morir de los perros, me encanta conducir mi carrito y explorar nuevos lugares con un mapa, mi cámara y saborear la aventura de lo nuevo. Soy seguidor de la obra del maestro Gabo y disfruto de la gente que tiene algo que contar y claro, escribir. Adoro salir y conocer, ser un patechucho, que en mi tierra es una palabra que se usa para describir a un vagabundo que conoce mucho.
Básicamente, al inicio de la historia, mis relatos no eran más que garabatos sin sentido escritos en cuadernos de espiral, pero poco a poco, mi narrativa fue creciendo en calidad y fue cuando decidí compartirla con mis amigos cercanos, como decía Adriana, una de mis más asiduas lectoras por varios años, esa lectura con tu toque especial, que la hace amena y dan ganas de seguir leyendo. Desde 1992 hasta principios de 1997, cerré 14 ediciones del diario, las cuales con el pasar del tiempo, fueron llenados con los relatos de siempre, pero sazonados con fotografías, poemas de mi autoría, letras de canciones, y otros detalles como el uso de colores para diferenciar los distintos humores que mis letras llevaban; así cuando escribía en negro era por que trataba algo con seriedad, café para los días apagados y el clásico verde cuando escribía algo con crítica. Las ediciones 15, 16 y 17 fueron las de menor calidad y cantidad de letras, eso debido a que las mismas responsabilidades de la vida fueron atenuando el tiempo disponible para escribir y dedicar tiempo, llevando casi al olvido a los cuadernos y los lapiceros.
A mediados de 1999, Descubrí a opendiary.com, un portal muy popular donde la gente puede llevar un diary online, básicamente el precursor del blog a mi juicio. Debido al constante uso de la computadora por mi profesión, me pareció una idea atinada para revivir al viejo Latadiary. Mantuve un ritmo de trabajo de casi un año y fue en este período en el que empecé a soñar con llevar mis letras a la cíber autopista de la información.
En noviembre de 2000, luego de varios meses de explorar, estudiar y refinar detalles, decidí cerrar mi diario en Opendiary y emprender una odisea bajo la sombra de geocities.com, lugar donde alojé mis letras por un período de dos años y medio. Luego volví a mudarme hacia otro sitio, ya que geocities fue comprado por Yahoo! y esto probocó cambios en las políticas que no fueron de mi agrado. Buscando y buscando, hallé a freeservers.com y bajo el dominio latadiary.8k.com, realicé mi último intento por mantener vivo el concepto original del diario. En este punto tenía ya mucha experiencia en HTML, por lo que la última versión de lo que llamé desde entonces Latadiary* News Online puede verse más como una revista que como un diario, este tenía varias secciones como fotografía, poesía, editoriales de mi autoría y claro, los relatos que escribía como en los viejos días. Aún está activo este dominio, pueden darse una vuelta y conocer un poco de lo que queda del viejo Latadiary. También conservo la mayoría de mis diarios originales como fiel testigo de mi narrativa.
El trabajo y los años ayudaron a mermar mis intenciones de seguir manteniendo a Latadiary, pero la misma gana de escribir me hizo reinventar el concepto y fue que en 2005 empecé una nueva campaña, la cual Bauticé El Rincón del Capitán Can, un espacio del MSN donde conocí el concepto del blog, el cual vine rellenando de relatos, imágenes y demás por algún tiempo hasta que las vueltas de la vida, me dieron la inspiración para abrir un blog en la casa de Blogger, basado en las aventuras de un conductor que narra las experiencias tras el volante. Nació así a finales de 2007 La Bitácora del Chuchomóvil, homenaje a mi carrito y a las experiencias vividas tras el volante, un proyecto activo que me tiene muy satisfecho pues con lo accesible que es la web en estos días, recibo muchas visitas y hasta tengo comentarios de algunos visitantes que han disfrtutado mis letras y mis demás locuras. Paralelamente llevo como hermanito menor una versión más abierta del Rincón del Capitán Can, que espero poco a poco vaya tomando forma y concepto.
Acerca de mí, puedo decir que soy un técnico en informática que laboro para una empresa tansnacional, me encanta leer cualquier cosa que se me ponga enfrente, disfruto mucho del paisaje, de la fotografía y soy amante de la música de casi cualquier géreno. Soy fanático a morir de los perros, me encanta conducir mi carrito y explorar nuevos lugares con un mapa, mi cámara y saborear la aventura de lo nuevo. Soy seguidor de la obra del maestro Gabo y disfruto de la gente que tiene algo que contar y claro, escribir. Adoro salir y conocer, ser un patechucho, que en mi tierra es una palabra que se usa para describir a un vagabundo que conoce mucho.
